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Sci-hub: Información y conocimiento al alcance de todos

Escrito por Mac Aguirre (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)

Seguro te ha pasado que mientras redactas tu tesis, formulas un proyecto o informe para la universidad, necesitas de diversas referencias bibliográficas, principalmente artículos científicos. El flujo de la búsqueda es mas menos el siguiente en la mayoría de los casos: Los ubicas en una base de datos, encuentras el abstract, y justo cuando quieres acceder al texto completo te das con la sorpresa que debes pagar una suma de dinero; no hablamos de un sol o 10 soles, sino de algunas decenas de dólares, incluso un poco más.


Por un momento te desanimas y te resignas. Esta vez no podremos acceder a ese paper reciente que necesitas para que tu trabajo este completo. Entonces recuerdas que algún un amigo te envió una página en un idioma muy extraño (con algunas palabras salpicadas en inglés), y que te permitía acceder al artículo más actual, la primicia sobre el tema que buscabas. En términos contemporáneos, nos referimos a la vieja confiable, Sci-hub.


Homepage de Sci-hub, disponible en www.sci-hub.tw (los dominios cambian constantemente).

Sci-hub es una página que te permite descargar artículos solo con saber su código DOI (por digital object identifier, un código permanente que clasifica un artículo científico o cualquier otro trabajo de contenido electrónico). A pesar de parecer una página altruista y muy útil, ha generado tanta controversia que en actualidad múltiples juicios millonarios van en contra de su creadora, Alexandra Elbakyan. Como se sabe, muchos artículos no son de libre acceso y se debe pagar para leerlos en su totalidad. Entonces, obtener el documento sin haber pagado significaría descargarlo “ilegalmente” (ello dependiendo de las leyes de cada país).


Por un momento pensaríamos que por unos cuantos artículos no habría tanto problema. Sin embargo, al igual que tú y muchos de nosotros, millones de personas realizan la misma acción. Aproximadamente entre setiembre de 2015 y febrero 2016, se han descargado 28 millones de documentos. Esto estaría generando cuantiosas pérdidas para famosas editoriales como Nature, Science, Elsevier, entre otros. Solo para comentar un caso particular, la editorial Elsevier pide alrededor de 15 millones de dólares como indemnización por las prácticas irregulares de Sci-hub.


Los 10 artículos más descargados en Sci-Hub en febrero de 2016. Fuente: Who's downloading pirated papers? Everyone. John Bohannon. Science (2016).

En palabras de la jefa editora de la revista Science, Marcia McNutt, las editoriales científicas sí requieren de una contrapartida económica para garantizar su mantenimiento. Este presupuesto incluye principalmente el salario para editores, ilustradores, comunicadores científicos, reporteros de noticias, departamento de tecnología, entre otros, que aseguran estándares de calidad, exactitud, y consistencia en la divulgación científica. Por otro lado, se alega que, debido a las descargas ilegales, no se podría tener estadísticas exactas sobre las descargas de un artículo, el cual no ayudaría a medir el real impacto del trabajo.


Sin embargo, colocar como principales contribuyentes a los actores más vulnerables de la carrera científica, como lo son estudiantes e investigadores, no es del todo consecuente. Los métodos de Sci-hub (a pesar de ser ilegales) rescatan algunos de los propósitos genuinos del conocimiento, principalmente que este sea accesible para todos. Este escenario nos coloca en una paradoja ética donde cada usuario podría tomar partido por un bando u otro.


A pesar de todo esto, ¿podríamos concluir que el aporte de Sci-hub es más bueno que malo? Esta plataforma ha permitido que la información científica (que es clave para la buena toma de decisiones) sea más accesible, principalmente en países en vías del desarrollo o donde el trabajo científico esta dando recién sus primeros frutos (¡como el Perú!). Contrario a esto último, un dato curioso sobre el uso de Sci-Hub es que potencias económicas y científicas figuran como los usuarios más frecuentes de esta herramienta. Más aún, considerando que gran parte de estos usuarios se encuentran cerca de universidades o instituciones donde se realizan estas publicaciones de alto impacto y que, aun así, motivan su búsqueda en Sci-Hub.


Actividad de descargas en Sci-Hub a nivel mundial en 1 hora. Fuente: My love-hate of Sci-Hub. Marcia McNutt. Science (2016).

Entonces, queda preguntarnos, ¿Acciones como Sci-hub deberían ser prohibidas? ¿Es justificable que se puedan “quebrantar” algunas condiciones legales para tener libre acceso a la información? ¿Quienes son realmente los beneficiados y afectados de la existencia de Sci-hub?


A pesar de que esta herramienta ya tiene algunos años sirviendo a la comunidad científica, la discusión sobre sus orígenes, propósitos y los peligros que podría representar, aun son materia de discusión. Es probable que en los próximos años veamos con más rigor las contribuciones de iniciativas que buscan liberalizar el conocimiento y promueven el libre acceso a literatura clasificada.

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